En las pasadas Jornadas de Atic 2ª, y durante la intervención de GenÃs Roca «Información vs. Formación», Dani Gil preguntó sobre el papel de los bibliotecarios en los nuevos escenarios digitales. La respuesta de GenÃs ha provocado reflexiones muy interesantes, tanto por parte de Gamoia como por parte de Dani.
Este tema me ha traÃdo a la memoria al famoso autor David Weinberger, que el año pasado presentó el libro «Everything is miscellaneuous» (The Power of the New Digital Disorder).
Algunas notas mÃas: – Llevamos muchos años organizando objetos fÃsicos y hemos conseguido ser muy buenos en esta tarea. Sabemos hacerlo muy bien. – En el mundo fÃsico, cada cosa sólo puede ocupar un único lugar y, por lo tanto, hay que elegir una sola clasificación. Cada cosa ha de tener su lugar y dos cosas no pueden ocupar el mismo lugar. – Esto significa que alguien tiene que tomar esta decisión y la persona que la tomará tendrá poder y autoridad. – Guardar nuestro saber en objetos fÃsicos ha provocado que hayamos puesto a nuestro pensamiento los lÃmites que tradicionalmente hemos tenido a la hora de almacenarlo, buscarlo y compartirlo, es decir, las limitaciones de los objetos fÃsicos. ¡Esto es terrible!– Cuando liberamos el pensamiento de las restricciones fÃsicas, nos encontramos con tantas posibilidades, con tantas formas de clasificación, con una abundancia tan grande, que no lo puede ordenar un grupo pequeño de personas. CaracterÃsticas nuevas:
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Una cosa está en muchas estanterÃas
- En el mundo fÃsico el desorden es un problema, no encontramos nada; pero en el mundo digital es una virtud: cuantas más etiquetas ponemos, cuantos más enlaces hacemos y más interconectamos, más fácil es encontrar lo que necesitamos, pues el aparente desorden en realidad crea significado.
- No hay diferencias entre datos y metadatos.
- El orden no tiene propietario. La mejor estrategia es incluirlo todo, no dejar nada fuera (¡A ver si se leen el libro los de la Wikipedia!)
- En lugar de borrar los artÃculos es mucho mejor poner notas, avisos y etiquetas avisando de las limitaciones o incorrecciones que puede haber. Esto es lo que hace grande a la Wikipedia, es lo que le da credibilidad. Porque sabemos que no está interesada en su imagen, sino que se interesa por ayudarnos.
Este libro, por cierto, ha hecho reflexionar a más de un bibliotecario, tal como podemos leer en este post: The Social Catalog – What does it mean for librarians?. En este post se concluye proponiendo las siguientes áreas a explorar:
- Reforzar el papel del bibliotecari@ en cuanto al desarrollo de los sistemas que hacen posible un catálogo social.
- Proporcionar un contacto humano con el mundo digital para las personas que lo quieren o lo necesitan – ya sea mediante herramientas tradicionales como la entrevista de referencia (ya sea en persona o online) o mediante formación, coaching y consejo.
- Ser una de las voces de la web social – compartiendo nuestro conocimiento mediante la creación de crÃticas, comentarios, listas, etc. Unas voces más entre la multitud, pero con mucha credibilidad.
- Crear los programas y servicios que pongan de relieve el papel del bibliotecari@ como nodo comunitario. Será necesaria una red rica en conexiones fÃsicas y virtuales dentro de nuestras comunidades, y la figura del bibliotecar@ puede desarrollar un papel clave a la hora de crear esta red.
En cualquier caso, como muy bien comenta Gamoia, los cambios en las bibliotecas existentes se llevarán a cabo muy poco a poco. Desde aquà os animo a continuar en la tarea muy importante que estáis desempeñando de impulso hacia la digitalización y socialización de catálogos, pasando a dar émfasis en las conexiones.
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gran post carme! muy interesante el resumen de las ideas.
besos
edu
Gracias por tu comentario, Edu. Hace tiempo que comentamos este vÃdeo, pero continua en la misma actualidad. Todo esto irá extendiéndose poco a poco, a su ritmo, pero sin retorno. O asà me lo parece… 🙂