He comentado en más de una ocasión mi gran debilidad por los programas de Eduard Punset, que me cautivaron desde el primer dÃa que por casualidad lo vi, hace ya unos años. Poderlos traer a este humilde blog es un gran privilegio que no puedo desaprovechar.
El programa del 22 de junio se titulaba Los siete pecados de la memoria, un programa que combinaba una entrevista de Punset a un profesor de Harvard, entremezclada con los simpáticos problemas cotidianos de un chico con memoria de pez, todo con una clara vocación formativa y de difusión. Tomando como eje central un libro divulgativo con las últimas investigaciones sobre el funcionamiento de la memoria y su imperfección, el programa lo acerca a personas sin perfil técnico.
Mediante técnicas de neuroimagen y experimentos psicológicos, Daniel Schacter, profesor de psicologÃÂa de la U. de Harvard y especialista en memoria y neuropsicologÃÂa y autor del libro Los siete pecados de la memoria, estudia los engranajes de la memoria. Schacter explica que la memoria no es tan fiable cuando lo que intentamos recordar son los detalles de lo que ha sucedido hace tiempo. Pero, a veces, cuando la memoria parece engañarnos, lo hace para sintetizar el significado general de nuestra experiencia, para darle un sentido a lo que nos ha sucedido.
Me ha gustado recordarlo ahora tras leer un post de David Sánchez sobre La Era del Propósito. El punto de partida es un post de Julen muy sano sobre el significado del trabajo, en que nos hace reflexionar sobre los peligros de una sobre-organización. David, por su parte, nos presenta dos libros de management, de Richard Leider y Kenneth W. Thomas, sobre los temas del propósito y la motivación intrÃnseca en el trabajo, respectivamente. Sin embargo, contrasta con su experiencia empÃrica tras realizar un pequeño ejercicio que propone en su libro Thomas: se trata de pensar en las tareas de nuestro trabajo y responder a qué nos dedicamos. En nuestra forma de responder estará implÃcita nuestra visión sobre el trabajo que realizamos.
Volviendo al vÃdeo de Punset, se explica que para las personas es más importante el significado de nuestra existencia que los pequeños detalles, pues necesitamos que nuestro pasado y presente tengan sentido para poder ser capaces de crear nuestro futuro. Se encarga la memoria.
A nadie le extraña ya que nuestra memoria no sea un fiel registro de las experiencias vividas. El cerebro crea, completa e inventa para dar coherencia al pasado. Pero lo que ahora se está demostrando es que si la memoria nos falla y nos juega malas pasadas, es para unificar mejor nuestro yo presente con el del pasado, e incluso con el del futuro.
Es decir, que no sólo estamos hablando de nuestro presente sino también de nuestro futuro.
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El diálogo interior es muy importante para generar actitudes positivas. Lo que nos pasa rápidamente forma parte del pasado pero todos sabemos que nuestra percepción hace que lo proyectemos hacia el futuro. Y ahÃ, cada cual tiene, hasta cierto punto, libertad de percibir, de usar un diferente color de cristal. Ahà hay que incidir: intentar que el color sea alegre. Lo que pasó, pasó. Lo que está por llegar siempre es más importante.
Nos vemos.
Muchas gracias por tu brillante comentario, Julen.
Muy de acuerdo en que el futuro es más importante y creo que debemos insistir en intentar crear nuestro propio mapa.
Viva la libertad.