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La viñeta es de JR Mora,

¿Emprende quien se queda pequeño? ¿O hay que crecer para considerarse emprendedor? ¿Implantar un proyecto «escalable»? ¿Un artesano se puede considerar emprendedor o hay que tener espíritu empresarial y ambición de crecer?

Hace unos días, Alfonso escribía en Yoriento un apunte sobre Coaching para Emprendedores y entre los comentarios había alguno que reclamaba más definición sobre el concepto de emprendedor. Alfonso, por su parte, argumentaba que se trata de un término que responde a una convención social que aún se está perfilando.

El momento actual no es nada fácil; no sabemos si será más difícil seguir creciendo a gran escala sin recursos o cambiar el modelo económico. Estamos en un momento en el que sabemos que no puede continuar indefinidamente el ritmo de consumo de recursos actual. No puede crecer indefinidamente; es un hecho. Sin embargo, desde la perspectiva económica aún no hemos sido capaces de encontrar otra forma de funcionar. Así pues, encontrar proyectos escalables sigue siendo un objetivo en el punto de mira.

En el caso de los emprendedores, además, se da la circunstancia de que se ha extendido bastante una idea un tanto romántica según la cual trabajando mucho en algo que nos apasiona lograremos el éxito. A pesar de ello, a veces hay que saber cuándo abandonar. Efectivamente, desear algo mucho no es suficiente, la pasión no es suficiente. Probablemente nos sea más útil encontrar significado, trabajar con personas con las que congeniamos, cubrir una necesidad del mercado (o solucionar un problema) y encarar el trabajo con un enfoque empresarial.

En este sentido, una entidad como la Fundación Kauffman, que ha investigado ampliamente la formación de los emprendedores, se ha centrado en encontrar cómo mejorar la capacidad de las pequeñas empresas para convertirse en grandes empresas. Nos lo cuenta Vivek Wadhwa en un artículo de Techcrunch, Can entrepreneurs be made? y que traducimos a continuación en sharismo sincronizado con Yoriento (Gracias!) cuya versión ha titulado ¿Se pueden fabricar emprendedores?:

¿Se pueden hacer los empresarios?

Los inversores de Silicon Valley a menudo tienen una imagen preconcebida del tipo de persona a la que vale la pena dar financiación: joven, impetuoso, terco y arrogante. Creen que los empresarios de éxito provienen de familias empresariales, y que empiezan su trayectoria empresarial con la venta de limonada siendo alumnos en su escuela primaria. Jason Calacanis, «Ã¡ngel inversionista» y empresario, dijo algo así en su reciente charla a los estudiantes de Penn State. Y después de reunirse con los estudiantes de Wharton, VC Fred Wilson expresó su sorpresa cuando un profesor le dijo que se podía enseñar a la gente a ser empresarios. Wilson escribió: «He estado trabajando con empresarios durante casi 25 años y tengo algo bien arraigado en mi mente, que cada persona tiene dos posibilidades: o ha nacido empresario o no lo es.»

Jason, Fred, venture capitalists de Silicon Valley, tengo noticias para vosotros: estáis completamente equivocados. Los emprendedores no nacen, sino que se hacen. Y no son nada de lo que creéis que son. Mi equipo encuestó a 549 empresarios de éxito. Encontramos que la mayoría no tienen padres empresariales. Ni siquiera tenían aspiraciones empresariales en su época escolar. Simplemente se cansaron de trabajar para otros, tuvieron una gran idea que querían comercializar, o se despertaron un día con un deseo urgente de crear riqueza antes de jubilarse. Así que dieron el gran salto.

Encontramos que el 52% de los emprendedores con éxito eran los primeros en su familia que empezaban un negocio – al igual que Bill Gates, Jeff Bezos, Larry Page, Sergei Brin y Russell Simmons (fundador de Def Jam). Sus padres eran académicos, abogados, trabajadores en fábricas, curas, burócratas, etc. Alrededor del 39% tenían un padre emprendedor, y el 7% tenían una madre emprendedora. (Algunos ambos)

Sólo un cuarto se enganchó a lo empresarial estando en la universidad. La mitad ni siquiera pensaba en el espíritu empresarial, y tenían poco interés en él mientras estaban en el colegio.

Respecto a los factores de éxito o los obstáculos a los que se enfrentaron, no hubo diferencias significativas entre los que estaban muy interesados en la iniciativa empresarial en la escuela (y que probablemente vendieron limonada) y los que carecían de interés. Pero los empresarios con mayor interés pusieron en marcha más empresas y empezaron antes. Del 24,5% de los que indicaron que estaban «muy interesados» en convertirse en empresarios en la universidad, el 47,1% se dedicó a iniciar más de dos empresas (compárese con el 32,9% de la muestra total). El sesenta y nueve por ciento inició sus empresas al cabo de 10 años de haber trabajado para alguien más (en comparación con el 46,8% del resto de la población de la muestra).

¿Qué contribuyó a su éxito? La formación -pero no la universidad en la que se gradúan. En un estudio distinto, de 562 CEOs y CTOs de 502 empresas de alta tecnología, investigamos la correlación entre la formación y las ventas y el número de empleados de las empresas fundadas. Encontramos que había una diferencia significativa entre las empresas iniciadas por fundadores con sólo el título de la universidad y el resto. La formación daba una gran ventaja. Pero no había una gran diferencia entre las empresas fundadas por graduados de las universidades de la liga Ivy y los graduados de otras universidades.

La formación de los empresarios es algo que la Fundación Kauffman ha investigado ampliamente. En los últimos seis años, ha invertido alrededor de 50 millones de dólares en la investigación académica para entender lo que hace que los empresarios marquen una diferencia, qué políticas son más propicias a la actividad empresarial y para construir bases de datos que permitan realizar análisis de estos temas. (Kauffman también ha financiado parte de mi investigación en Duke, la Universidad de California-Berkeley y Harvard.) Su vicepresidente de Investigación, Bob Litan, dice que Kauffman sabe de forma concluyente que la iniciativa empresarial se puede enseñar. La clave es proporcionar formación en «momentos de enseñanza» – cuando el empresario está pensando en iniciar una empresa o está preparado para escalarla. Lo que necesitan los empresarios no es el tipo de curso abstracto que se enseña en las escuelas de negocios, necesitan la práctica y los conocimientos pertinentes. Por eso Kauffman ha creado un programa llamado Fast Trac, que ha formado a 300.000 empresarios hasta ahora.

Uno de los hallazgos de la investigación de Kauffman es que de aprox. 600.000 empresas que se inician cada año, menos de una fracción del 1% se convierten en negocios de alto crecimiento a «escala». Estas nuevas empresas, especialmente las empresas de «escala», son las que han añadido todos los puestos de trabajo nuevos a la economía de EE.UU. desde 1980 (cerca de 40 millones de euros), y probablemente sean las responsables de alrededor de 1/3 del crecimiento del PIB desde entonces. Así que la clave para impulsar el crecimiento económico es aumentar el número de nuevas empresas de alto crecimiento. Después de todo, la tasa de crecimiento de nuestra economía no es más que la suma del crecimiento de nuestras empresas.

Por eso Kauffman (que tiene una dotación de 2 mil millones de dólares) está invirtiendo con fuerza en un programa nuevo y ambicioso llamado Kauffman Labs. El objetivo es aumentar drásticamente la capacidad de las pequeñas empresas para convertirse en grandes empresas. El programa Labs gira alrededor de una idea novedosa: reclutar individuos altamente motivados con «ideas escalables» para ser empresarios y para que tengan éxito, y para ello rodearlos de una red de empresarios experimentados; fuentes de dinero; y mentores. El objetivo es formar a los empresarios y rodearlos de una red de gran alcance. Esto es como un combinador Y en esteroides.

Se evidencia que también hay muchos más factores en juego y no sólo los genes. Fijémonos en este artículo de BusinessWeek sobre las spinoff derivadas de Google. Dudo que todos estos empleados de Google que están iniciando negocios de éxito nacieran con genes empresariales. VC y el ex empresario Brad Feld también bloguearon acerca de cómo muchos de sus compañeros en el MIT se habían convertido en empresarios de éxito. ¿Todas estas personas también nacieron para ser emprendedores? No lo creo. Probablemente lo que haya llevado a estas personas a seguir el camino empresarial haya sido una combinación de formación, exposición a la iniciativa empresarias y las redes – lo que significa que la Fundación Kauffman haya dado con la idea clave con los Kauffman Labs.

El motivo por el que este tema es importante es que, como escribe Wilson, «el Venture Capital va de reconocimiento de patrones». La realidad es que los capitalistas de riesgo como él toman decisiones rápidas sobre la gente basándose en estereotipos en sus mentes. Así que, como las mujeres sobre las que escribí en mi anterior post, podemos estar perjudicando a otro segmento importante de nuestra población – un segmento que es mayor, más humilde, más sensible y más realista que la población que está recibiendo toda la atención ( y el dinero).

5 Respuestas a “De emprendedor a empresario”

  1. […] Intentaremos responder a esta agresiva pregunta en un nuevo sharismo sincronizado con @carmepla, y ya van veintiocho, en este caso una traducción de un artículo de Vivek Wadhwa publicado en Techcrunch: Can entrepreneurs be made? Carme es quien realmente aporta valor a esta ya larga saga colaborativa. Gracias again. 🙂 En su blog tituló la versión de esta traducción De emprendedor a empresario. […]

  2. Yoriento dice:

    Lo curioso es que a mi el dato de que el 52% de los empresarios no tenía padres empresarios me indica lo contrario a lo que afirman las tesis del autor: que tener familia emprendedora es una variable fundamental que explica el 50% del emprendimiento, muy por encima de la educación o de otros factores. No hace falta hacer un análisis estadístico

    Muchas gracias por un nuevo sharismo, emprendedora 🙂

    • carmepla dice:

      Bueno, la cosa está alrededor del 50%, por lo que ambos planteamientos tendrán un peso parecido, no? 🙂
      Y hablando de educación, qué duda cabe que una formación como la que se describe del programa Kauffman Labs puede marcar la diferencia, pero seguro que los padres también tendrán alguna influencia en la educación 😉
      Gracias a ti, maestro sharista 🙂

  3. Hola Carme! Me encantaron tanto tu «sharismo» como también tus opiniones sobre el tema. Particularmente, eso que mencionás sobre la idea romántica del rol que cumple la pasión en lograr exito en nuestros emprendimientos. Claramente, con eso sólo, no alcanza!
    Nos seguimos leyendo!
    Cariños,
    Vicky

    • carmepla dice:

      Hola Vicky!
      Muchas gracias por tu comentario y tus palabras, que son un gran honor por venir de alguien con tu experiencia.
      Estamos de acuerdo en que la pasión no es lo único necesario para el éxito de los emprendedores, claramente. Eso no quiere decir que no sea un ingrediente importante, sobre todo al inicio, cuando por lo general no hay gran abundancia de recursos.
      Nos leemos.
      Saludos afectuosos
      Carme

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